En los años 40 las primeras parrillas llegaron a tierra. Los navegantes de Getaria volvían a casa y se tomaban un vino en los bodegones de la localidad. Estos empezaron a poner parrillas para que los marineros pudieran cocinar lo que traían. El turismo llegó, vio a los pescadores y propició que los establecimientos dispusieran parrillas no ya sólo para ellos sino para todos los clientes. Eso fue el inicio y ahora estos parrilleros son los herederos, los que a partir de los años 70 evolucionaron las parrillas para crecer en el conocimiento de la cocción y las brasas. Era una cocina minimalista y básica pero esos marineros se convirtieron en expertos en saber cocinar los pescados que capturaban.
La localidad guipuzcoana de Getaria ha elevado a la excelencia el pescado a la brasa, una tradición que comenzó con las parrillas de la herencia de Juan Sebastián Elcano en 1526. Las tres claves de este manjar: pescado de cercanía, oficio de parrillero y "fuego del paleolítico".
Elkano es la ilustración perfecta de la historia viva de cocinar al fuego en el País Vasco y los interesantes vínculos que tiene con la pasión vasca por el descubrimiento.
El restaurante lleva el nombre de Juan Sebastián Elcano, un nativo de Getaria que se convirtió en el primer marinero en dar la vuelta al mundo. Con sus compañeros, los marineros y pescadores vascos del XV y XVII siglos, cocinaron sus capturas en el mar en parrillas de madera. Luego llevaron la práctica de vuelta a sus hogares.